Que el textil fue el gran ramo de la industria que impulsó la actividad fabril de Barcelona es un hecho incontestable, y todavía visible en tanto que gran parte de las fábricas que aún hoy permanecen en pié eran en origen empresas manufactureras en este campo.

La cuestión es que el textil, como es evidente, recoge una variación amplia de materiales, en tanto a que el producto básico que lo forma, el hilo, se puede obtener de diversas maneras. Dejando fuera los materiales sintéticos, que para comienzos de la primera revolución industrial no estaban ni cerca de existir, los principales productos eran los que derivaban del hilado de yute o cáñamo si hablamos de los de origen vegetal, y de lana o seda en caso contrario. La producción de hilo de algodón sería la que más tarde llegaría, ya que fue creada en Escocia a principios del siglo XX, en un entorno muy cercano a los que participaron en la compañía Fabra i Coats (como aquí explicamos), pero acabaría por copar gran parte del mercado de textiles por la rapidez con la que se consiguió mecanizar su producción.

Postal de la fábrica textil de Salvador Casacubierta en funcionamiento.

Pero aquí lo que nos interesa es la seda, y el papel que cumplió en la Vila de Gracia. Como tratamos al hablar del origen de este distrito barcelonés, y anteriormente municipio autónomo, a diferencia de el resto de los pueblos del plano de Barcelona (que no servían de retiro a los burgueses adinerados como Sarriá), su crecimiento no estuvo vinculado enteramente al desarrollo industrial del siglo XIX, que aunque sí que existió, no tuvo tanta repercusión como sí lo hizo el negocio inmobiliario, ya que básicamente sirvió como depósito de suelo urbanizable para quienes pudieron hacer negocio con él. Pero sí que existió una industria potente comparativamente al resto de la ciudad, que es, como cabría esperar después del título elegido, la seda. Mientras que la fabricación de textiles iba copando el municipio de Sant Martí, y se instalaron grandes fábricas de tejido e hilado en Sants, y posteriormente en Sant Andreu, Gracia conservó el mayor porcentaje de producción de seda durante finales del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX. Hay que tener en cuenta que si hablamos de valores absolutos queda claro que este material fue relativamente insignificante frente a la producción de algodón e incluso de tejidos compuestos dada la escasez de materia prima y el complejo trabajo necesario para producir el hilo, pero por otro lado y gracias a esto en parte, sí que consiguió mantener cierto margen de negocio al comenzar a funcionar como un producto de lujo, tal y como ha llegado a nuestros días. De hecho, el distrito fue, junto a Reus, la razón de que la manufactura catalana de seda siguiese liderando el conjunto de la española.

En el término municipal de Barcelona, a principios de siglo la potente industria textil del Poblenou sólo manufacturaba el 4% de la seda, el casco antiguo el 30%, mientras que en Gracia se acumulaba el 62% de la producción. Con el paso de los años el dinamismo industrial de Sant Martí acabó por igualar algo más la producción entre los dos distritos, sobre todo debido a la mayor inversión en mejoras de producción. En todo caso el resultado es el mismo, ya que por lo menos en lo referido al nombre, de este proceso nos ha llegado el principal complejo industrial aún en pié en Gracia, y uno de los primeros ejemplos de transformación en equipamiento municipal de un conjunto fabril: la Sedeta.

Fue precisamente esta fábrica la que impulsó la mayor parte de la producción en el distrito, todo y pese a que su mayor línea de negocio era la lana (ya hemos dicho que la producción de seda en términos absolutos es bastante pequeña), fue el segundo material más tratado el que le dió el nombre popular. El origen de la fábrica se remonta a la firma Pujol, Casacuberta i Corbera, que poseía una pequeña planta de manufactura de tejidos en funcionamiento en el actual carrer industria en 1904. Para el final de la Primera Guerra Mundial, tanto el sector Pujol como Corbera se habían marchado de la sociedad, y Salvador Casacuberta dirigía la fábrica en solitario, aprovechándose del impulso comercial que supuso para España la neutralidad en la guerra. La producción de tejidos de lana hizo crecer exponencialmente a la fábrica, al llegar a los años 30 se consumían 1.000 toneladas de materia prima procedente de las ganaderías de Extremadura. Este impulso fue tirando de la producción sedera, siempre en una cantidad discreta comparativamente pero con un valor añadido más amplio. De esta manera, los 50 telares de “Can Casacuberta” mantuvieron durante años su posición en cuanto a producción de telas de seda (después de la fábrica de Salvador Bernadas en Sant Martí).

La planta llegó a tener más de 1.000 trabajadores en ella, en turnos rotativos que durante el primer tercio del siglo XX le permitió mantener la fábrica abierta durante el día y la noche. Tras el parón de la Guerra Civil, momento en el que la sedeta mantuvo cierta producción de ropa militar, Salvador retomó la dirección hasta su muerte. Sólo a partir de los años 50 las condiciones de los obreros mejoraron, con turnos de ocho horas básicamente. De hecho, la recopilación de la memoria oral del trabajo ha sido uno de los trabajos más importantes llevados a cabo en la actualidad por la Sociedad de Amigos de la Sedeta. Ésta existe gracias a los últimos años de historia de la fábrica: la producción se detuvo a comienzos de los setenta, y el conjunto fue adquirido por la Caixa de Catalunya (Casa de Ahorros Provincial por aquel entonces) en 1976 para derribarla y construir un edificio de ocho plantas en su lugar. El proyecto fue frenado por la oposición vecinal, que veían el espacio como un potencial importante para servicios público en una zona ya demasiado densificada. En 1985 el Ayuntamiento se hizo con la antigua fábrica para transformarla en lo que es hoy, una escuela, un instituto, y un nuevo equipamiento municipal en forma de centro cívico.

La Sedeta hoy, como centro cívico y escuela.

Referencias:

Nadal, J. y Tafunell, X. (1992) “Sant Martí de Provençals, pulmó industrial de Barcelona (1847 – 1992)” Barcelona: Columna

– Web de la sedeta: http://ajuntament.barcelona.cat/ccivics/lasedeta/p/58/la-historia-de-la-fabrica

– Imágenes: http://ajuntament.barcelona.cat/gracia/ca/projecte-de-senyalitzacio-historia-de-la-sedeta